procesión

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Desde la distancia, la imagen de la Virgen del Rocío emerge en todo su esplendor, mientras los almonteños esperan con ansias en los escalones del altar, dispuestos a saltar la reja. Este acto, cargado de fervor y tradición, simboliza la conexión profunda entre la Virgen y su pueblo, un gesto de devoción que es parte esencial de la romería.
A lo lejos, la Virgen del Rocío comienza su salida de la ermita, dando inicio a la procesión por la aldea. Los peregrinos la siguen con emoción y devoción, mientras el sol ilumina su paso. Es un momento mágico que marca el inicio de la gran peregrinación, cargado de fervor y alegría.
La imagen de la Virgen del Rocío, rodeada por un mar de devotos, se ve de lejos mientras es llevada en una manta por sus hijos, los rocieros. La multitud avanza junta, en un solo corazón, demostrando la fuerza de la fe y el amor hacia la Madre del Rocío. La escena es un símbolo de unión y devoción.
En esta imagen, la Virgen del Rocío continúa su camino rodeada por una multitud de fieles que la llevan con una devoción infinita. La energía colectiva de los peregrinos se hace palpable en cada paso, mientras la imagen de la Virgen avanza hacia su destino, envuelta en una atmósfera de fe y veneración. Es una representación del amor y la unión de los rocieros con su Madre.
En el amanecer, la Virgen del Rocío se muestra a lo lejos, pasando solemnemente frente a la filial de Rociana. La luz suave del día naciente ilumina su paso, mientras los fieles la contemplan, emocionados por la cercanía de la Madre. Es un momento de recogimiento y esperanza, lleno de simbología y belleza.
La Casa Hermandad de Huelva, fundada en 1880, es la sede de la Real e Ilustre Hermandad del Rocío de Huelva, una de las más antiguas y representativas en la romería. Situada en el centro de la aldea del Rocío, al lado de la ermita, es un lugar privilegiado que sirve como punto de acogida y organización para los peregrinos de Huelva.
En esta imagen, la Virgen del Rocío se muestra entre la multitud de devotos, destacándose por la gran devoción de los peregrinos. La escena captura el momento en que la imagen de la Virgen es transportada por sus hijos, rodeada por un ambiente de profunda espiritualidad y fervor religioso, reflejando la conexión única entre la Virgen y sus hijos en la romería.
La Virgen del Rocío regresa a la ermita tras una intensa noche de procesión, iluminada por los primeros rayos del sol del lunes de Pentecostés. Es recibida entre vítores, oraciones y emoción contenida, mientras los peregrinos agradecen lo vivido. La imagen de su entrada al santuario, rodeada de devotos, simboliza el cierre de una experiencia profundamente espiritual y el inicio de una renovación interior para todos los presentes.
Función Principal Almonte

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